lunes, 21 de julio de 2008

La historia del taller

Taller de fotografía en la comunidad QOM de Rosario

El primer momento, un acercamiento al barrio

El barrio
Se ha conformado la comunidad indígena de la etnia QOM denominada Qadhuoqte, en el barrio Lma Nam Qom, Lugar de los Tobas, en la calle Mariano Cabal 1400 bis del barrio Empalme Graneros de Rosario.
Consta de unos 3000 integrantes y está conformada por familias pertenecientes al pueblo QOM, que mayoritariamente provienen de distintas localidades de las provincias de Chaco y Formosa. Este asentamiento comenzó a formarse a partir de 1990. Las familias migraron en busca de mejores perspectivas de vida. Hace un tiempo comenzaron a organizarse como comunidad, obteniendo la personería jurídica (Nº 121/04 INAI-RENACI).
La situación socio-económica de las familias es precaria. Los jefes de familia en su gran mayoría no tienen trabajo estable y las actividades que realizan para sobrevivir son variadas, sin embargo, fundamentalmente se desempeñan como artesanos, cartoneros, albañiles o quinteros.
El nivel de escolaridad es bajo; las personas mayores de 40 años, en su mayoría, son analfabetas y muchas de las personas menores de 40 años son semianalfabetas.

Fotografía documental
La primera mirada, ingenua tal vez, buscaba lo distinto, lo “raro”, era el barrio toba un sitio fotografiable, rostros característicos y una escenografía con mucho color. Este primer contacto donde lo que prima es la foto comienza a diluirse con la aparición de los nombres, los sujetos que le dan vida a la imagen y ahí comienza la cuestión ética a barrer a la estética. Empiezan también las preguntas ¿Por qué fotografió?, ¿qué derecho tengo yo de invadir vidas privadas?, ¿cómo me sentiría si vienen a tomarme fotos a mi casa como si fuera un bicho raro?

El único que “ganaba” era el fotógrafo, mostrando o exponiendo sus tomas y apropiándose de un espacio que le es ajeno. Pero empezamos a ver que había necesidad de imágenes, no sólo para enviar a Chaco, a sus parientes, sino también de distintas actividades, ceremonias, festejos. Comenzamos entonces a pensar que tal vez devolviendo con fotografía lo que ellos nos regalaban desde ella, no era un mal trato ni un “maltrato”. Lo que hicimos en un principio fue fotografía documental social.
Hablamos de fotografía documental social cuando nos referimos a la documentación de las condiciones y del medio en el que se desenvuelve el hombre, tanto en forma individual como social. El fotoperiodismo se nutre de la fotografía documental y forma parte de ésta, siendo su consecuencia natural pero, a diferencia del documentalismo social, se interesa en aquellas situaciones, hechos o personajes que constituyen o son noticia. El documentalismo social interesa a la prensa cuando se asocia a un hecho relevante, circunstancial y de gran impacto en la sociedad. Todo acto fotográfico no es un acto documental, pero sí se podría concertar que toda fotografía puede leerse desde una perspectiva documental, si consideramos que responde a inquietudes, dudas, afirmaciones o negaciones a una época y a un contexto particular del creador.
Aunque el documentalismo social comparta las técnicas de realización con el fotoperiodismo, se interesa siempre por los espacios y condiciones de la sociedad. No está atado a lo circunstancial, constituye una reflexión, un intento de comprender y, naturalmente, de mostrar al hombre y sus circunstancias, teniendo como premisa la no manipulación de las situaciones. Henri Cartier- Bresson, uno de los más grandes fotógrafos del siglo, fundador junto a cinco fotógrafos independientes de la agencia Magnum en 1947, decía, casi excesivamente, al respecto, que “el fotógrafo tiene que respetar el ambiente, y sobre todo evitar el artificio que mata la verdad humana y también hacer olvidar la cámara y el que la manipula”.
Jacob A. Riis, un periodista del New York Tribune, fue uno de los primeros en recurrir a la fotografía como instrumento de crítica social para ilustrar sus artículos sobre las miserables condiciones de vida de los inmigrantes en los barrios bajos de Nueva York. Su primer libro, “Cómo vive la otra mitad”, aparece publicado en 1890. Más adelante, Lewis W. Hine, un sociólogo, entre 1908 y 1914 fotografiará niños, tanto durante su trabajo de doce horas diarias en campos y fábricas como en insalubres viviendas. Esas fotos generan un cambio en la legislatura sobre el trabajo de los niños. La fotografía actúa así como un arma en la lucha por el mejoramiento de las condiciones de vida de las capas pobres de la sociedad.
Uno de los máximos exponentes de la fotografía documental es W. Eugene Smith, quien comenzó en la fotografía en 1933. El suicidio de su padre y el tratamiento dado del tema por la prensa lo llevaron a preocuparse y luchar por sentar las bases de un periodismo ético. De 1938 a 1939 trabajó para la agencia Black Star y de 1939 a 1941 para Life. Uno de sus ensayos más memorables está relacionado con la contaminación por mercurio de las aguas de Minamata, un pequeño pueblo japonés de pescadores.
Actualmente es Sebastiao Salgado quien se destaca entre los fotógrafos documentalistas. En su libro “Workers”, desfilan uñas oscuras de obreros de todo el mundo y muestra los trabajos manuales que están desapareciendo. “Terra” es un documento incomparable sobre los penares de los trabajadores rurales brasileños, que eran los antiguos propietarios de las tierras y luego se convirtieron en jornaleros que trabajaron esas mismas tierras que les pertenecían. Más tarde fue el momento de “Éxodos” en donde contó el movimiento de poblaciones alrededor del globo.
Su trabajo ha logrado imponerse a las reglas de un fotoperiodismo veloz que, detrás del instante útil, suele ignorar la realidad de lo que está fotografiando. Lo que hace es fotografía documental. Por eso se toma el tiempo preciso para ir al lugar y entender lo que allí está sucediendo, para identificar en toda su complejidad la realidad que quiere fotografiar. Como método de trabajo, Sebastiao Salgado prefiere el tiempo a la rapidez y no gatilla su cámara hasta conseguir eso que llama integración con el entorno.
En Argentina es hoy Adriana Lestido quien lleva adelante un riguroso trabajo documental centrado en la temática de la mujer desde distintos ángulos. Con tenacidad de arqueóloga rescató, a través de su mirada, esos espacios íntimos destinados a perderse en la marea del tiempo. Se internó en otras vidas para indagar en ellas eso que había perdido, una emoción primera que la ligara a la vida como un nudo más entre las generaciones.
Su primer trabajo maduro fue “Mujeres Presas”. La muestra arrastró, intacta, la misma crudeza que Lestido padeció durante el año en que las fotografió y compartió sus vidas, presa ella también con sus “presitas”, con las que pasó noches en la cárcel y noches en las que veía desde su cama, pinchadas a la pared, a la espera de que hablaran, de que los vacíos entre las imágenes terminaran de completar ese relato sobre el desamparo.


La segunda instancia
Un taller para los chicos del barrio

Der Arbeiter-Fotograf y Arbeiter-Illsttrierte Zeingtung mostraron con asiduidad ensayos realizados colectivamente por los obreros para mostrar sus condiciones de trabajo en las fábricas.
En los años sesenta en EEUU hubo una gran cantidad de talleres durante el período denominado “war on poverty”.
Estas experiencias tuvieron su correlato en la Argentina en Ciudad Oculta, con un taller de fotos para chicos de la villa, que ofrece no solo una posible salida laboral para los alumnos sino que también se convierte en un lugar central de encuentro , participación y representación.
Mientras tanto, nosotros, con el correr de los años fuimos generando en el barrio vínculos afectivos y los alumnos de los talleres de fotografía comenzaron también a involucrarse en la toma de imágenes. Fue éste un verdadero impulso para generar el taller, conociendo las necesidades y el proyecto que se habían trazado en la comunidad al formar el Centro Cultural Qadhuoqte.
Nuestra realidad marcaba que “ante la ola de violencia juvenil, de delincuencia y la falta de perspectiva, la respuesta fue la criminalización de la pobreza y las prácticas represivas, que han sido las emergentes de este proceso en la Argentina.
El nuevo paisaje resultante de las políticas neoliberales según Jean-Paul Fitoussi y Pierre Rosanvallon es el siguiente:
Fallan simultáneamente las instituciones que hacen funcionar el vínculo social y la solidaridad (la crisis del Estado Providencia).
Las formas de relación entre la economía y la sociedad (la crisis del trabajo).
Los modos de constitución de las identidades individuales y colectivas (la crisis del sujeto).
Ante esta realidad los talleres pueden ser plataformas de acceso al trabajo a través de la formación profesional, pero constituyen también un estadio importante de cara a una reivindicación más sutil pero igualmente necesaria: el acceso a la propia representación.

Los talleres de fotografía contribuyen a alfabetizar visualmente a los colectivos que participan en ellos. El acceso a la cultura es la primera de las acciones necesarias para construir la dignidad individual y la colectiva.(Alejandro Castellote, PH15, Fotografías por chicos de Ciudad Oculta, 2005).

Era necesario combinar en la idea del desarrollo de los talleres nuestras búsquedas más inherentes a lo fotográfico y los conceptos que venía desarrollando el Centro Cultural y que son los siguientes:
Dado el proceso migratorio y el cambio de hábitat, es necesario fortalecer los modelos étnicos de transmisión del saber, e integrar a niños y jóvenes en actividades que contribuyan a mantener las tradiciones étnicas.
Fortalecer la identidad cultural de los jóvenes y de la organización comunitaria.
 Promover la transmisión de las expresiones artísticas de la tradición cultural Qom mediante la constitución de talleres de música y elaboración de artesanías.
 Disminuir el riesgo de violencia y las adicciones entre niños y jóvenes.
 Generar a partir de esta experiencia, actividades que constituyan una base para futuras actividades productivas que proporcionen nuevas fuentes de ingresos.
 Acentuar el protagonismo de las mujeres en el desarrollo de actividades comunitarias, incorporándolas en la ejecución de estos proyectos.
 Fomentar la práctica autogestiva de la comunidad en la ejecución de proyectos tendientes a mejorar su calidad de vida.
 Difundir los elementos de la cultura QOM en la sociedad local/regional a fin de contribuir a la construcción de una sociedad pluralista.
 A fin de fortalecer la identidad de los niños y jóvenes se organizarán actividades artísticas y expresivas; las que se llevarán a cabo a través de los talleres: Música, tejido, cestería, cerámica y fotografía.




Taller de fotografía:
Con el apoyo del Programa 0-25 de, del Distrito Noroeste y de la oficina de Derechos Humanos.

En el taller de fotografía se apunta a que el fotógrafo no puede sustraer su práctica de la ubicación en el campo social, ya que en tanto “hacedor de imágenes” es un transformador y recreador de la cultura. Creemos que mediante la imagen es posible conocer nuestras distintas realidades, compartirlas y respetarlas.
Como medio de expresión la fotografía puede vehiculizar la creatividad, sin anular su condición de documentación personal y social al servicio de la recuperación de la memoria social y colectiva. Creemos de gran importancia la utilización ética y responsable de la imagen, creemos en su poder de denuncia, conocimiento y transformación. Podemos construir conjuntamente, teniendo en cuenta las variadas necesidades, historias y visiones de mundo, por medio de la imagen y su práctica, un espejo donde mirarnos, crecer y conocernos. Es por ello que intentamos conformar un ámbito donde llevar a cabo actividades fotográficas concretas.

Los objetivos:

 Acercar a la práctica fotográfica a los integrantes de la comunidad y generar a partir de la misma, actividades productivas que proporcionen una fuente de ingresos.
 Abrir un espacio de esparcimiento para los más jóvenes y acercarlos mediante la imagen a las actividades tradicionales que desarrollan sus padres y abuelos.
 Generar imágenes que puedan ser guardadas o enviadas a los parientes del Chaco.
 Recorrer la ciudad para obtener fotografías de otras situaciones, actividades o espectáculos.
 Exponer los trabajos realizados en diferentes salas o museos para conformar un acercamiento a otros espacios que no son habituales.
 Compartir las actividades del taller con las de otros talleres que se realizan en distintas instituciones educativas.
 Fomentar la práctica fotográfica como posible salida laboral.
 Difundir los trabajos realizados a través de revistas, diarios, libros o postales.

Hemos realizado:

Serie Postales:
Se realizaron 9000 postales con el apoyo de la oficina de Derechos Humanos de la Municipalidad de Rosario, con el objetivo de recaudar fondos para la compra de materiales para el desarrollo del taller.


Muestras fotográficas:
 El jardín de los niños, junio de 2008.
 Hall de la Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario, Diciembre y Enero de 2006.
 Concejo deliberante de la Ciudad de Rosario, abril de 2007.
 Distrito Noroeste de la ciudad de Rosario, abril de 2007.
 Casa de la Poesía de la ciudad de Rosario, Julio y Agosto de 2007

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